En documental “Cuando el Homo
Sapiens hacía cine”, aseguran que el hombre prehistórico de hace más de 20, 000
años sentía la misma fascinación por las imágenes y el movimiento que el hombre
actual y que las pinturas rupestres son las primeras películas.
Por JESÚS JIMÉNEZ
(@vinetabocadillo)
¿Y sí la invención del cine no
hubiera sido cosa de los hermanos Lumiere y Edison sino de los hombres
prehistóricos? Esa es la apasionante hipótesis del documental Cuando el HomoSapiens hacia cine (Stone Age Cinema), que fue emitido este martes 19 de julio,
a las 21:00 h, en Documenta2.
Los responsables del documental,
Pascal Cuissot y Marc Azéma, hacen una nueva lectura de esas pinturas y
grabados poniendo de manifiesto la existencia de numerosos casos de
descomposición del movimiento. Por ejemplo, un caballo pintado en las cuevas de
Lascaux, en Francia, se compone de muchas versiones del animal que representan
diferentes posiciones del movimiento. Azéma, que también es arqueólogo, ha
tomado fotografías de esas imágenes individuales y los ha reproducido en una
serie, demostrando que se reproducen como si fueran dibujos animados.
Estos investigadores afirman que
el hombre prehistórico creaba un arte basado en los conocimientos básicos de la
persistencia de la visión para crear la ilusión del movimiento, los mismos
fundamentos del cine. Después de 20 años de investigación, han identificado 53
pinturas en 12 cuevas francesas en las que se produce la superposición de dos o
más imágenes para representar el movimiento.
Las primeras películas de la
humanidad
Una interesante interpretación de
esas obras cuyo significado se nos escapa y que gracias a estas investigaciones
podrían interpretarse como elementos narrativos, como las primeras películas de
la humanidad.
Este documental nos lleva de
vuelta a los inicios del patrimonio artístico del Homo sapiens para descubrir
estas narrativas gráficas, en una investigación única en el ADN cultural de la
humanidad.
Marc Azéma se ha concentrado en
la naturaleza de las imágenes, y en su función, para desvelarnos que el hombre
prehistórico sentía la misma fascinación por las imágenes y el movimiento que
el hombre actual.
“Homo cinematographicus”
Una apasionante investigación a
través de 20.000 años de arte paleolítico que revela los inicios de la
animación y la narración gráfica en las paredes de las cuevas. Una obra del que
podríamos denominar "Homo cinematographicus".
En el documental Cuissot Pascal y
Marc Azéma nos llevan a las famosas cuevas de Chauvet, Lascaux y otros
santuarios prehistóricos en busca de gráficos que podían conciliarse con las
primeras imágenes en movimiento del siglo XIX.
Otro posible ejemplo de
representación del movimiento
|
Las cuevas de Laxcaux son las que
mayor número de ejemplos de este tipo presentan, con unas veinte pinturas.
Azéma asegura que cuando estas pinturas son observadas a la luz de las antorchas
se consigue el efecto del movimiento.
Otra prueba para confirmar su
teoría es la existencia de pequeños discos de hueso encontrados en los
Pirineos. Los arqueólogos pensaban que se trataba de botones o colgantes,
Florent Rivère cree que son juguetes ópticos similares a los desarrollados en
el siglo XIX.
Disco de hueso tallado con un gamo en cada lado |
Si se enhebra una cuerda por el
agujero central que tienen estos discos, se estira y se hace girar las dos
imágenes de los botones crean una sola imagen en movimiento. El caso más
evidente de este uso es el disco de hueso tallado hallado en 1868 que muestra
un gamo tumbado en un lado y ergido en el otro.
¿Un bisonte de ocho patas?
Las pinturas de la Gruta Chauvet
confirman que el movimiento es fundamental en el arte paleolítico. Llama la
atención la sensación de vida que se desprende de las paredes. Los artistas de
la prehistoria supieron analizar a la perfección los movimientos que observaban
en la naturaleza y reproducirlos en las paredes.
Bisonte de ocho patas en la cueva de Chauvet |
Una de las representaciones más
famosas de movimiento es un bisonte de ocho patas, en la misma Gruta Chauvet.
Las ocho patas corresponden a dos posiciones sucesivas que adquiere el animal
al galopar.
Según los responsables del
documental, es la demostración de un efecto de descomposición del movimiento.
El artista quiso representar el movimiento rápido del animal, y para ello
superpuso en la misma imagen varias posiciones sucesivas.
Una imagen que tiene más de
40.000 años y que no es un ejemplo aislado (en Altamira también hay un jabalí
con ocho patas), como podremos comprobar en este apasionante documental que fue
emitido el martes, 19 de julio, en Documenta 2, a las 21:00 en La2 de TVE. (Disponible
solo en algunos países)
Fuente: Este artículo fue
publicado en www.rtve.es
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