MISTERIOS: ¿Qué les ocurrió a los habitantes de la isla de Pascua?


Existen varios arqueólogos de prestigio que han fundamentado diferentes teorías para explicar la misteriosa desaparición de la antigua civilización de esta enigmática isla.

Hasta el momento actual el enigma que envuelve a la isla de Pascua y a sus “Moais” sigue latente. Los pascuenses, celosos de su cultura ancestral, viven con sencillez, tratando de mantener incólumes sus danzas, costumbres, leyendas y lenguaje. Y es que ellos tampoco tienen claro el origen de tan colosales estatuas de piedra o Moais que hoy aparecen parcialmente derribadas, destruidas o enterradas, ni tampoco por qué motivo sus recursos naturales fueron sobreexplotados. Sin embargo, existen varios arqueólogos de prestigio que han fundamentado diferentes teorías para explicar dichos misterios.

Tres distintas teorías
La arqueóloga Karina Croucher, de la Universidad de Bradford, Reino Unido, ha sido una de las que ha estudiado más profundamente los posibles motivos que provocaron el final sufrido por la civilización que creó los Moais. Croucher ha denunciado en reiteradas ocasiones que, durante mucho tiempo, los antepasados de los pascuenses han sido injustamente acusados de ser culpables de los desastres ocurridos, incidiendo en que “los verdaderos culpables del desastre fueron los primeros navegantes y forasteros europeos, en el mismo momento en que arribó el primer barco a la isla de Pascua”.
El barco ruso Rurik es recibido por los pocos habitantes supervivientes. Pintura obra del 
artista Louis Choris en 1816. (Public Domain)
Para ella, cuando llegó el holandés Jacob Roggeveen, el 5 de Abril del año 1722, día de Pascua de Resurrección, comenzó la decadencia. Los visitantes europeos trajeron enfermedades y plagas y se llevaron a muchos isleños como esclavos, lo que terminó con la trágica desaparición de la población y con la pérdida de una parte de su cultura.
“Estas personas debieron tener una cultura sofisticada y exitosa hasta que llegaron los occidentales. Ya es hora de reconocerlo. Si se observa atentamente el paisaje, arte, volcanes y estatuas que adornan la isla, se puede rehacer el perfil de los isleños”, declaró la experta hace años.”
Además, Croucher afirma que las figuras talladas de aves, criaturas marinas, canoas y seres humanos, imitan perfectamente las características naturales visibles en el entorno y muestran una compleja imitación del medio, por lo que ellos no llevarían a cabo actos vandálicos contra sus propios monumentos. La decadencia cultural se habría debido, por tanto, al contacto con los occidentales. Asimismo, asegura que existen muy pocas pruebas arqueológicas que apoyen la versión que defiende que en la isla se desencadenó una guerra interna que les llevó al colapso social.
Para la arqueóloga Karina Croucher, los europeos fueron los causantes de la trágica desaparición
de la población de la isla de Pascua y de la pérdida de gran parte de su cultura. En la imagen,
petroglifos del Hombre Pajaro e isla Moto Nui. (Alejandra Edwards/CC BY-SA 3.0)
No opinaba lo mismo el arqueólogo y explorador de renombre mundial Thor Heyerdahl, quien en su libro AKU-AKU (páginas 145 – 148), explicaba cómo los dos pueblos que habitaban la isla, los orejas largas y los orejas cortas, convivían pacíficamente hasta que por cuestiones de envidia libraron una cruenta guerra. Los orejas cortas habrían exterminado a los orejas largas, perdonando la vida a tan sólo tres de ellos. Estas batallas pudieron haber influido en el deterioro de su acervo cultural. Heyerdahl vivió en la isla cerca de un año, acompañado por otros investigadores, y recopiló sus investigaciones en el libro mencionado.
Existe otra versión sobre la historia de la isla, hipótesis enunciada por el arqueólogo José Miguel Ramírez, profundo conocedor de la Isla de Pascua y antiguo Administrador del Parque Nacional Rapa Nui. Según Ramírez, la tradición oral cuenta que hace cerca de mil años llegó a Pascua un grupo de isleños, liderado por Hotu Matu’a, procedentes del sudeste asiático. Se instalaron allí y desarrollaron una nueva sociedad. Sin embargo, al poco tiempo se produjo un deterioro ambiental porque talaron excesivamente los bosques. Sin bosques no se pudo continuar con la construcción de Moais y tampoco pudieron regresar por falta de madera para fabricar sus canoas. Ante esas condiciones, los pascuenses habrían tenido que reinventar su cultura para sobrevivir aislados.
El desastre del siglo XIX y el momento actual
Durante el siglo XIX, la historia de la Isla de Pascua cambió de forma radical: los ataques sufridos para capturar pascuenses y convertirlos en esclavos redujeron drásticamente su población.
Unos pocos isleños lograron sobrevivir a la esclavitud y fueron devueltos a la isla, pero trajeron con ellos la viruela y otras enfermedades.
Durante el siglo XIX, la esclavitud y las enfermedades europeas diezmaron la población, hasta
el punto que en 1877 sólo quedaban 110 habitantes en la isla. En la imagen, el explorador
francés Alphonse Pinart es presentado a la reina de la isla de Pascua en el año 1877. Dibujo de
 Emile Bayard (1837-1891).
Más tarde, otros varios cientos fueron capturados y enviados a trabajar a las plantaciones de azúcar de Tahití y a las guaneras de Perú. Por culpa de todo ello, en 1877, sólo quedaban 110 personas en Rapa-nuí.
La isla de Pascua en la actualidad y el cambio climático
Hoy los isleños viven en mejores condiciones, pero el impacto provocado por el cambio climático les está afectando nuevamente. Los estudios científicos indican que si sigue aumentando el nivel del mar, las islas serían las primeras en sufrir las consecuencias.
Para enfrentarse a tales problemas, las autoridades de Rapa-Nui han abogado por un plan estratégico que incluye educación y capacitación de la población. La idea es convertir la isla en un ejemplo internacional de buenas prácticas, políticas ambientales y recursos sostenibles.
Actualmente la isla de Pascua es Patrimonio de la Humanidad y provincia de Chile, con su propia municipalidad, escuela, hospital y aeropuerto. En sus colegios, hoy se enseñan los idiomas Rapa-nui y español.
Autor: Anila Weber - La Gran Época
Este artículo fue publicado originalmente en La Gran Época
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