Estos son curiosas historias
africanas de encuentros con dinosaurios.
Mokèle Mbèmbé
Traducido de la lengua linkala
vendría a significar “el que detiene los ríos”, y se trata de una especie de
monstruo presente en mitos y leyendas de distintas culturas de África central.
Se menciona su existencia por primera vez, para consumo occidental, en 1776, en
la Historia de Loango, Kakonga y otros imperios en África, escrito por el
misionero francés Abbé Lievain Bonaventure Poyart. La historia de este monstruo
está extendida por la cuenca del Congo y se sabe de ella en países como
Camerún, Gabón, República Centroafricana y República Popular del Congo.
Mokèle Mbèmbé sería un monstruo
acuático de gran tamaño, cuello muy alargado y cabeza parecida a la de un
caballo. Aunque herbívoro, se trataría de un animal agresivo, capaz de matar
humanos. A lo largo del siglo XX se realizaron varias expediciones para
contactarlo y documentar o desmentir su existencia, pero hasta ahora no hay
ninguna prueba aceptable.
Algunos exploradores consideran
que podría tratarse de un saurópodo, una clase de dinosaurio que existió desde
hace 210 millones de años hasta hace 65.
Ninki-nanka
Este animal sería similar a un
cocodrilo, pero de mayores dimensiones –hablan de unos 45 metros– y se
encontraría en África Occidental. En algunos relatos se dice que escupe fuego y
tiene alas, como si fuera un dragón, pero las muertes que se le atribuyen son
más bien de carácter mágico, pues basta verlo para enfermar y morir poco
después.
En 2006 se realizó una expedición
en Gambia con intenciones de encontrarlo, sin éxito, pero con una buena
cobertura por parte de la BBC.
Emela ntouka
Las descripciones de este animal
son tan ambiguas que podría tratarse de un gran reptil o de un mamífero
ungulado. Es de mayor tamaño que un elefante, posee un gran anillo alrededor
del cuello, como una gran tiara, y el cuerpo cubierto por una armadura con la
rugosidad de la piel de los cocodrilos. Posee un cuerno en la cabeza y muy mal
carácter, y es capaz de cornear y destripar elefantes.
Para algunos criptozoólogos (una
disciplina que estudia la existencia de animales improbables), por la
descripción podría tratarse de una especie de triceratops, un género de
dinosaurios que vivieron hace 68 millones de años.
Curiosamente, uno de los
dinosaurios que convivieron con humanos más famosos del mundo se encuentra en
Europa, el monstruo de Loch Ness, cariñosamente conocido como “Nessie”, cuya
existencia, a pesar de numerosas expediciones y uso de los mayores avances
tecnológicos para la exploración, tampoco ha podido ser confirmada. Tal vez sea
cierto que la distancia que nos separa, 65 millones de años, es insalvable,
pero los dinosaurios siguen insistiendo en dar el salto y aparecer más allá de
nuestra imaginación.
Lo que sí es cierto es que jamás
un humano vivió al mismo tiempo que un dinosaurio.
Fuente: www.supercurioso.com
Imágenes: Wikipedia
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