Tenían cúpulas de metal, emitían un extraño y ominoso zumbido y
aparecieron en línea recta una mañana en el sur de Inglaterra. El público, la
policía y el Ejército creyeron que habían aterrizado naves espaciales
extraterrestres, hasta que se reveló que era una broma de unos estudiantes.
Pero, ¿cómo lograron que el engaño fuera tan exitoso?
Escribe: Tanya
Gupta
Las naves aparentemente extraterrestres desencadenaron una gran
operación policial y militar, presenciada por Ray Seager quien estaba con otros niños jugando cuando uno de los seis platillos fue
encontrado en la Isla de Sheppey, el 4 de septiembre de 1967, según señala
un artículo publicado recientemente en el portal www.bbc.com.
"Vinimos corriendo, y ahí estaba", cuenta. "¡Era real: estaba frente a nosotros!".
"Tenía la forma de los antiguos platillos voladores: una
cúpula de plata grande en el medio con una cosa alrededor. Efectivamente, era
un platillo volador".
Aunque los
niños estaban emocionados, recuerda que también sintieron miedo.
"Cuando llegaron los policías a la colina, nos hicieron señas
desde abajo para que nos alejáramos. Creo que ellos estaban tan asustados como
nosotros".
Los
platillos fueron vigilados, escuchados y pesados en las comisarías de policía
y una base de la Real Fuerza Aérea (RAF) durante todo el día.
El platillo
de Sheppey fue removido por un helicóptero de la RAF.
Pero como el
objeto encontrado en Berkshire
chirriaba, emitía silbidos y estaba lleno de un líquido misterioso, prefirieron
llevar a los expertos al lugar del "aterrizaje".
Los
platillos fueron llevados para ser examinados antes de que sus creadores confesaran que habían sido responsables de la "invasión". (Foto: John Keeling) |
Las dudas
respecto a los platillos surgieron después de que se encontraron baterías en
uno de ellos. (Fuente: The Times News Syndication / Guardian News & Media)
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Qué había pasado
Desde el
momento en el que los aprendices del Royal
Aircraft Establishment (RAE) de Farnborough idearon el engaño, estaban
decididos a que debería ser convincente, señala el ingeniero Chris Southall.
Todos
estaban interesados en la ciencia ficción, y se propusieron crear un diseño
que no fuera reconociblemente humano.
Por ello,
los platillos no podían tener rasgos parecidos a los de invenciones terrestres,
como aviones o barcos, así que quedaban descartadas cosas como portillos o antenas.
Primero hicieron los platillos de fibra de vidrio y
revestidos de metal. Los construyeron en dos mitades en moldes de yeso que
luego unieron, no sin antes ponerles equipos de sonido electrónico en su
interior.
Los objetos
estaban llenos de harina y agua, una mezcla que se fermentó adentro de ellos,
lo que produjo una explosión cuando los perforaron. (Foto: John Keeling)
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"Cuando volteabas los platillos al revés, se movía un
interruptor y se encendía una batería", señala Southall.
"Como los íbamos a poner en los campos en secreto, no
queríamos que hicieran ruido. Cuando estuvimos listos para irnos los volteamos
para que empezaran a hacer ruido y salimos corriendo".
Los
platillos también estaban llenos de una mezcla de harina y agua que se fermentó
y se convirtió en una baba fétida.
"Queríamos hacer algo que pareciera realmente extraño", dijo.
Una vez
terminados, los colocaron en seis lugares en línea recta de este a oeste:
Queenborough en la isla de Sheppey, Bromley en el sur de Londres, Ascot, la
aldea de Welford, cerca de Newbury, en Berkshire, Chippenham en Wiltshire y
Clevedon en Somerset.
Los diarios
mostraron que los platillos "aterrizaron" en línea recta".
(Fuente: Guardian News & Media)
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El ingeniero
Rog Palmer, que también estaba en el
comité, organizó equipos de dos o tres
aprendices para llevar los platillos a cada lugar y le dio instrucciones a cada
grupo sobre cómo llevar a cabo la tarea, y qué decir si la policía los detenía:
que se habían quedado hasta tarde en una fiesta.
Para cuando
los platillos fueron descubiertos, los bromistas estaban de vuelta en su hostal
-donde vivían 500 aprendices- con ojeras por haber pasado la noche en vela,
pero muy emocionados.
Habían
llevado a cabo con éxito la tarea de plantar las "naves espaciales" sin ser detectados.
La pregunta
era si estaban preparados para el extraordinario éxito de su engaño.
Los
ingenieros Rog Palmer (izquierda) y Chris Southall fueron quienes crearon y
dirigieron la broma.
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Southall, quien ahora tiene 72 años de edad y es un activista ambiental que dirige una eco-casa en Clacton, Essex, recuerda que era la época del Sputnik y la exploración espacial, y dice que el propósito dela broma siempre fue que la tomaran en serio.
"Pensábamos que el gobierno debería tener algún tipo de plan
por si los extraterrestres aterrizaban", dijo.
"Así que les dimos la oportunidad de probar cualquier plan
que tuvieran... pero no tenían ninguno".
Recuerda la
sorpresa cuando los agentes de la policía y del ejército hicieron explotar un
platillo y dejaron caer otro.
David Clarke, experto en derecho de los medios de comunicación en la Universidad de Sheffield Hallam y
consultor y curador del proyecto OVNI de los Archivos Nacionales británicos,
opina que la respuesta de las autoridades ante la aparición de los platillos
dejó mucho qué desear.
Los
"aterrizajes" dispararon una gran operación de la policía y el
ejército.
(Foto: John Keeling)
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"Cuando perforaron uno de los platillos que estaba lleno de un revoltijo de papel maché, explotó y el material, para ellos desconocido, le cayó encima a los policías".
"Si se hubiera tratado de un material radiactivo, habría sido
una zona de desastre. ¿Y qué hicieron? Se lavaron y dejaron que el peligro de
radiación corriera por los desagües".
Clarke y
Southall coinciden en que en 1967 la imaginación del público estaba dominada
por la fiebre ovni, y el Ministerio de Defensa recibía informes casi diarios de
avistamientos.
A pesar de
eso, los aprendices no esperaban una reacción tan grande de los medios de
comunicación, que incluyó cobertura
internacional y reportajes que se tomaban páginas dobles.
"Fue más de lo que esperábamos", dijo
Southall.
En esa época
había "fiebre de ovnis" y eso contribuyó a que la broma pareciera
realidad.
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Los recortes de prensa de la época revelan las fuentes oficiales "tendían a irritarse" cuando se les pregunta sobre el engaño.
Pero la
policía confirmó que no tomaría ninguna acción contra los bromistas, con un
funcionario de Bromley citado diciendo: "Lo
estamos tomando como caballeros".
Southall
admite que poner la policía y el ejército en una situación semejante hoy
tendría consecuencias totalmente diferentes.
"Eran los días de los hippies", señala. "Éramos aprendices de la RAE y la
gente era más amable con nosotros por lo que éramos. Además, en aquellos días
era diferente".
Ahora, dice,
los platillos serían tratados como artefactos explosivos y detonados... y sus
creadores podrían terminar en la cárcel.
"Esa es una de las cosas interesantes cuando uno recuerda lo
que pasó 50 años después".
"Los tiempos en que vivimos ahora son mucho más duros, y no
creo que algo así podría hacerse hoy en día".
Fuente: Este artículo fue publicado originalmente en www.bbc.com
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