Estas iglesias talladas en la roca fueron declaradas
Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1978, son un conjunto de iglesias
rupestres excavadas en la roca basáltica rojiza de las colinas de la ciudad
monástica de Lalibela, en Etiopía.
Las misteriosas iglesias
subterráneas, unos monumentos monolíticos extraídos de la piedra en Lalibela,
han sido utilizadas ininterrumpidamente por los sacerdotes ortodoxos desde los
siglos XII y XII, cuando ésta lejana ciudad de montaña era todavía la capital
de la importante dinastía Zagwe. El propósito de cada iglesia ha eludido la
labor de los historiadores modernos: cada edificio es único en su tamaño, forma
y ejecución, están esculpidos con precisión sobre la piedra (algunos dicen que
por miles de trabajadores) y algunos de ellos están fastuosamente decorados.
Cuenta la leyenda que por lo
menos una de las iglesias fue construida por ángeles en un solo día; otra
leyenda cuenta que las iglesias nacieron de un sueño del rey Zagwe.
Las once iglesias fueron
excavadas bajo la superficie de la tierra, llegando en algunos casos a alcanzar
los 10 metros de altura. Están rodeadas por patios y zanjas que las conectan
entre sí, constituyendo un entresijo de túneles y pasadizos entre un edificio y
el próximo. Las iglesias son tesoros en Etiopía como las grandes pirámides lo
son en Egipto. La ciudad de Lalibela, emplazada entre escarpados barrancos de
más de 2.500 metros, es una verdadera delicia.
Iglesia "Biet
Ghiorgis", tallado en una sola pieza de roca
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Patrimonio de la humanidad
Pero ¿quién fue el artífice de
esta maravilla de la humanidad? Como explica Juan González Núñez en su
interesante libro Etiopía, hombres, lugares y mitos, las iglesias fueron
mandadas construir por el monarca de Lalibela, quien reinó entre los siglos XII
y XIII. Así lo atestiguan las Actas de Lalibela, obra publicada en el siglo XV
y que los mismo están rodeados de mitos y leyendas, se cuenta como el santo rey
fue arrebatado al cielo, donde pudo contemplar construcciones maravillosas, y
que Dios le ordenó hacer algo parecido en el lugar que él le indicaría una vez
vuelto a la tierra.
Las mismas Actas afirman que, en
los años que duró la construcción, los ángeles se unían a los trabajadores
durante el día, mientras por la noche, cuando los hombres dormían, ellos solos
hacían el doble de trabajo de una jornada.
Cuando Francisco Alvares,
capellán de una embajada portuguesa que viajó por Etiopía entre 1520 y 1526,
descubrió Lalibela, hizo una detallada descripción de cada iglesia y terminó
afirmando: «No quiero escribir más acerca de estas obras, porque temo que si
escribo más, nadie me va a creer… Pero juro delante de Dios, en cuyas manos
estoy, que todo lo que escribí es verdad y que la verdad es mucho más de lo que
he escrito».
Todo el conjunto fue nombrado
Patrimonio de la humanidad por la Unesco en el año 2005 y actualmente se
encuentra en fase de rehabilitación para reparar los daños causados por
erosión.
Este lugar es una buena muestra
gráfico de el popular dicho “La fe mueve montañas”, aunque en este caso, más
que moverlas las ha transformado.
Existen tres tipos diferentes de
iglesias:
Iglesias construidas en cuevas -
Estructuras sencillas construidas dentro de una cueva natural. Makina Medhane
Alem y Yemrehanna Kristos cerca de Lalibela son buenos ejemplos.
Iglesias excavadas en la roca -
excavadas en una pared de roca y a veces usando para ensancharse una cueva
existente. Aba Libanos, Bet Meskel, y Bet Denagil en Lalibela pertenecen a este
grupo.
Iglesias monolíticas - oradadas
en la roca en una sola pieza y separada de ésta por trincheras por todos sus
lados excepto por la base. Bet Medhane Alem, Bet Mariam, Bet Emmanuel y la de
Bet Giyorgis en forma de cruz son las obras maestras de Lalibela en este grupo.
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