¿Sabes de dónde proviene el término Grecia?
¿Y San Marino? ¿O Francia? La mayoría de regiones cuentan con un enigmático
pasado. Entérate en este enlace.
1-Portugal
El origen del término «Portugal»
desconcierta a los historiadores desde hace décadas. De hecho, existen
múltiples teorías sobre el término del que proviene. Entre ellas, la más
mitológica afirma que hay que dar las gracias por este término a Túbal, nieto de
Noé. Un personaje que habría fundado la ciudad de Setúbal y, en palabras de
algunos historiadores, también la región de Portugal. Con todo, estaq teoría no
es considerada más que una mera leyenda. También se afirma que el país pudo
tomar su nombre de Porto, una ciudad levantada por el conde Enrique de Borgoña
en la región.
Por su parte, el historiador
español Juan Cortada hace referencia en su obra «Historia de Portugal: desde
los tiempos más remotos hasta 1839» a la posibilidad de que el nombre hubiese sido
dado por los galos. Este pueblo, después de desembarcar en la actual Oporto,
habría denominado a la zona «Portus Gallorum», vocablo que evolucionaría
felizmente hasta el topónimo actual. A su vez, el experto recoge en su obra una
teoría que afirma que, cerca del Duero, se edificó una ciudad llamada Cale y, a
continuación, un puerto contiguo (Portus). La unión de los dos habría dado como
resultado «PortusCale» y, por consiguiente, Portugal.
2-Austria
El origen del término hay que
buscarlo en los albores del idioma alemán (el conocido como «Alto alemán
antiguo»). Allá por el año 996, el emperador Otón III ordenó elaborar un
documento que especificara qué área debía gobernar Enrique I, más conocido por
ser el Conde de Babenberg. En dicho texto se refirió a la región que abarcaría
el futuro país como «Ostarrichi», cuyo significado es «dominio oriental». Con
los años, esta palabra evolucionó hasta convertirse en «Österreich» (de «Öst»
-este- y «Reich» -reino o imperio-). Término que, actualmente, se corresponde con
la traducción alemana de Austria. Años después, «Öst» se latinizó erróneamente
como «austro» o «auster» (austral), lo que derivó en el nacimiento definitivo
del topónimo.
«Öst» se latinizó erróneamente
como «austro» o «auster» (austral), lo que derivó en el nacimiento definitivo
del topónimo.
Si quisiéramos remontarnos
todavía más atrás en el tiempo, habría que decir que existen varias teorías
sobre el origen de «Ostarrichi». Las más extendidas afirman que proviene del
término «Marcha Orientalis», el nombre con el que se denominó a la marca que
dividía el Sacro Imperio Romano Germánico de Hungría. Sin embargo, y tal y como
afirma la embajada de este país, el historiador austríaco Friefrich Heer es
partidario de que este término nació hace más de cuatro milenios en una zona
cercana ocupada por los celtas. Estos habrían llamado a la zona «Norig»
(significando «No» oriental y «Rig», reino). «Rig», por su parte, habría
derivado posteriormente en Reich (o un vocablo primitivo similar), lo que
habría resultado en «Ostarrichi».
3-Irlanda
El origen del nombre de esta
región parece estar más claro que otros pertenecientes a la Unión Europea. La
primera teoría del mismo, según afirma el historiador del S.XVI Geoffrey
Keating en su obra «Foras Feasa ar Éirinn» («Fundación del conocimiento en
Irlanda»), es que Irlanda es el decimotercer nombre que pusieron a esta isla
los escitas milesios (una de las tres civilizaciones que poblaron la zona en
sus más antiguos orígenes). «El primer hijo de Mil enterrado en el suelo de la
isla sería Ir [Eire], de quien la isla recibiría su nombre: Ir-fond
(“Ir-tierra”)», explica Ramón Sainero, director del Instituto de Estudios
Celtas, en el «Diccionario Akal de mitología celta». Con los años, «fond» pasó
a convertirse en «land» debido a la llegada del inglés, lo que hizo que esta
civilización adoptase este nombre.
Otra teoría explica que Irlanda
proviene de «Éire», el nombre oficial del país según su constitución. Este
término provendría de «Ériu», y se corresponde con la forma en la que llamaban
a la isla parte de sus habitantes en la Edad Media. Dicho vocablo deriva, a su
vez, de «Iwerju» (cuyo significado es «fértil», según explica el filólogo
Francisco Cortés en su obra «DIC MIHI, MVSA, VIRVM: Homenaje al profesor
Antonio López Eire»). Añadiendo a esta sílaba la terminación «land», habría
nacido el nombre de este país.
4-Francia
El nombre de la tierra que
habitan a día de hoy los galos tiene un origen latino. Concretamente, su
significado es el de «tierra de francos» por ser ellos los que se asentaron en
esta zona.
Pero… ¿De dónde provine el
término francos? En este punto es necesario señalar que existen varias teorías.
El humanista español del S.XIX Pedro Felipe Monlau fue partidario, por ejemplo,
de que el sustantivo hace referencia a los pueblos germanos que, allá por el
siglo V, se levantaron en armas contra los romanos y se asentaron en la Galia.
Estos grupos, de diferentes tribus a pesar de hallarse todos territorialmente
en la actual Alemania, habrían decidido denominarse francos de forma común. «La
palabra franco proviene del latín francus o de la voz germánica franck y
significa libre e independiente», explica el experto en su obra «Diccionario
etimológico de la lengua castellana».
«Tomaron el nombre de francos,
que en lengua germánica lo mismo que en muchas otras significa hombres
independientes»
El pedagogo Vicenç Joaquín Bastús
i Carrera opina de forma similar: «Tomaron el nombre de francos, que en lengua
germánica lo mismo que en muchas otras significa hombres independientes». Sin
embargo, este autor señala específicamente en su texto que esta afirmación no
está, a día de hoy, comprobada totalmente. Existe también una segunda teoría
partidaria de que este nombre podría derivar del hacha «francisca», un arma presuntamente
utilizada por los francos de forma generalizada durante sus andanzas por la
nueva Galia. A día de hoy, en cambio, se desconoce qué fue primero, si el
utensilio para quitar vidas, o el pueblo.
5-San Marino
El origen de la república más
antigua del mundo está ligado de forma indiscutible a la del religioso que porta
su nombre. Según determina el prelado de la iglesia católica Servílio Conti en
su obra «El santo del día», existen pocos datos sobre la vida real del santo.
Los mismos nos dicen que este personaje nació en Dalmacia allá por el año 257.
Picapedrero de profesión, viajó hasta Rímini (una ciudad del norte de Italia)
donde participó, junto a un amigo, en la construcción de sus murallas. Unos 13
años después, y cuando era ya un modélico cristiano, Marino tuvo que marcharse
hasta el monte Titano (en la actual San Marino) debido, según se cree, a la
fuerte persecución religiosa.
En los siguientes meses se dedicó
a la oración y a la vida religiosa. Así, hasta que terminó la persecución que
el Emperador Diocleciano había iniciado contra los cristianos. «El obispo de
Rímini, Gaudencio, reconoció entonces las virtudes de Marino y de su compañero
[…] y los ordenó diáconos», añade el autor. En lugar de marcharse a otra zona a
predicar como hizo su amigo, nuestro protagonista volvió al monte Titano, donde
edificó una iglesia dedicada a San Pedro y, con el tiempo, formó una comunidad
monástica. Se dice que acabó sus días un 3 de septiembre del año 366, décadas
después de que -en el 301- el pueblo le adorara tanto como para poner su nombre
a la región. Sin embargo, esta fecha es todo un misterio. Eso sí, el país
celebra ese mismo día y ese mismo mes su fiesta nacional y religiosa más
destacada.
6-España
La palabra «Hispania» (la
romanización de España) tiene su origen en la denominación que servía a la
civilización romana para el conjunto de la Península Ibérica, y cuyo
significado vinculaban los escritores latinos a «tierra de conejos». Entre
ellos Plinio «El Viejo», Catón «El Viejo» y Catulo, quienes citaban las tierras
ibéricas como un lugar repleto de conejos, más concretamente de damanes (unos
mamíferos parecidos al conejo y muy comunes en África).
La teoría más aceptada en la
actualidad sugiere que «I-span-ya» se traduce como tierra donde se forjan
metales
No obstante, la raíz no latina de
«Hispania» ha llevado a los historiadores a plantearse que su origen puede ser
anterior a los romanos, procediendo en realidad de la denominación fenicia
«I-span-ya». Pero, ¿qué significa esta palabra? El misterio está servido. Según
expuso Cándido María Trigueros en 1767, el término podría significar «tierra
del norte», aduciendo que los fenicios habían descubierto la costa de
«Hispania» bordeando la costa africana, y ésta les quedaba al norte. Así, «spn»
(«sphan» en hebreo y arameo) significaría en fenicio «el norte».
En cualquier caso, la teoría más
aceptada en la actualidad sugiere que «I-span-ya» se traduce como tierra donde
se forjan metales, ya que «spy» en fenicio (raíz de la palabra «span»)
significa batir metales. Detrás de esta hipótesis de reciente creación se
encuentra Jesús Luis Cunchillos y José Ángel Zamora, expertos en filología
semítica del CSIC, quienes realizaron un estudio filológico comparativo entre
varias lenguas semitas y determinaron que el nombre tiene su origen en la
enorme fama de las minas de oro de la Península Ibérica.
7-Grecia
Lo primero que hay que entender
sobre el caso griego es que los propios griegos se han designado históricamente
como helenos, siendo hoy el nombre oficial del país: la República Helénica. Los
filólogos no se ponen de acuerdo sobre la etimología de esta palabra. Entre las
posibles teorías está la de que procediera de sal («rezar»), ell («montañoso»),
sel («iluminar») o de una ciudad denominada «Hellás», próxima al río Esperqueo,
que todavía se conoce por ese nombre. No existen así los términos «Grecia» o
«griegos» en la lengua de esta nación.
Fueron los romanos los que
designaron al país como «Graecia», que literalmente significa «la tierra de los
griegos». El origen de esta palabra griega está en «Graikós», cuya etimología
podría derivar de el nombre de una tribu de Beocia que emigró a Italia en el
siglo VIII a. C. Homero recogió a las fuerzas de Beocia dentro de la
enumeración de naves que realizó en la «Iliada», donde hace referencia a una
ciudad de esta tribu llamada Grea. El contacto de varios colones procedentes de
esta tribu con Italia hizo que los romanos generalizasen la denominación a
todas las tribus helénicas.
8-Italia
La mayoría de los nombres de
países europeos proceden de denominaciones asignadas durante el proceso de
conquista y colonización llevada a cabo por los romanos. Lo curioso es que la
palabra Italia deriva, al menos según la hipótesis planteada por primera vez
por el arqueólogo Domenico Romanelli, de una colonia griega en el Brucio
(actual Calabria), la de los italos, que en griego antiguo hacía mención al
toro joven. De esta forma, cuando concluyó la hegemonía de los rasena en Italia
y comenzó la romana, los pueblos peninsulares se coaligaron contra la
incipiente potencia romana y adoptaron como emblema al toro «vitalos»,
llamándose a partir de entonces italos como se constata en la numismática de
esa época.
El filólogo Giovanni Semerano
llevó el origen del nombre Italia al acadio, de modo que derivaría de «Atalu»,
que significaría «tierra del crepúsculo»
Pero no es la única teoría. El
filólogo Giovanni Semerano llevó el origen del nombre Italia al acadio (lengua
de origen semítica), de modo que derivaría de «Atalu», que significaría «tierra
del crepúsculo», es decir, donde el sol cae. Tesis frecuentemente criticada por
el mundo académico italiano, pero favorablemente recibida en el extranjero y
por intelectuales como Umberto Galimberti.
9-Bélgica
La primera vez que se menciona la
palabra Bélgica es en «Los Comentarios sobre la guerra de las Galias», de Julio
César. En dicho libro, el conquistador romano dividía toda la Galia en tres
partes: los galos, los aquitanos y los belgas. Estos últimos estaban separados
de los galos por los ríos Sena y Marne. No en vano, la actual Bélgica tiene
poco que ver con estas antiguas separaciones tribales y con las posteriores
provincias romanas que se establecieron en este territorio. De hecho, el
término de Bélgica casi desapareció por completo después de las invasiones
bárbaras. Volvieron a usarse en la segunda mitad del siglo IX, después de la
escisión del Imperio de Carlomagno y la creación de la Lotaringia. Los clérigos
de entonces recuperaron la palabra Bélgica para designar el territorio situado
entre la Galia de Carlos «El Calvo» y la Germania de Luis «El Germánico».
El nombre «Belgae» podría
provenir del protocelta «belo» («brillante»), que también es el origen
etimológico de báltico. O, según el análisis de la palabra belga, «bel-»
significaría redondo o inflado, véase «balón», en el sentido figurativo de
alianza y «-ga» («guerrero» en galo). Así, «bel-gae» significaría «guerreros de
la alianza».
10-Inglaterra
Cuando la parte sur de Gran
Bretaña fue invadida por pueblos celtas y pueblos germánicos, los francos
designaron con el nombre latino de «Anglae terra» («Tierra de los anglos») a la
zona sureste de Britania, controlada por la tribu de los anglos, que más tarde
pasó a utilizarse también en la mayor parte de Europa. La palabra derivó en
«England», españolizada como Inglaterra.
Los francos asignaron el nombre
latino de «Anglae terra» («Tierra de los anglos») a la zona sureste de Britania
Pero, ¿de dónde viene la palabra
anglo? El nombre de los anglos se registró por primera vez en forma latinizada
como «Anglii». Se cree que deriva del nombre de la zona que habitaban
originalmente: «Anglia» en alemán moderno, «Ángel» en danés. A través de este
nombre, se ha planteado la hipótesis de que su raíz germánica signifique
«estrecho», haciendo referencia al estrecho del mar Báltico en
Schleswig-Holstein, en el norte de Alemania.
Anuncios:
No hay comentarios:
Publicar un comentario