Los investigadores acaban de
confirmar la existencia de una segunda tierra situado en el sistema próxima
centauri. Se cree que el planeta posee océanos y, por tanto, vida
extraterrestre.
A tan solo 4,2 años luz de la
Tierra, se encuentra la estrella Próxima Centauri, denominada así por ser la
más cercana al Sol y situarse en la constelación Centaurus. Se trata de una
fría enana roja, demasiado débil para observarla a simple vista, aunque vecina
de un sistema estelar mucho más brillante y popular: Alfa Centauri, al que
seguramente pertenece.
Ahora, un equipo de astrónomos ha
encontrado evidencias claras de la presencia de un planeta similar a la Tierra
orbitando alrededor de Próxima Centauri, lo que le convierte en el más cercano
al nuestro fuera del sistema solar. Además, se encuentra en la zona de
habitabilidad, la región en torno a una estrella donde las condiciones de
temperatura permiten la existencia de agua líquida y, por tanto, es un candidato
para buscar vida.
Este mundo, que los astrónomos
llevaban buscando intensamente desde hace años, se ha bautizado con el nombre
de Próxima b. Tras unos días de rumores y filtraciones en varios medios
extranjeros, su descubrimiento es portada esta semana en la revista Nature,
donde los autores describen los detalles del exoplaneta.
Los datos definitivos se han
obtenido en el marco de la campaña de observación Pálido Punto Rojo (Pale Red
Dot, en inglés), cuyo nombre hace referencia a la famosa frase de Carl Sagan
que describe a la Tierra como un punto azul pálido. Como Próxima Centauri es
una estrella enana roja, bañaría a su planeta con un pálido resplandor rojizo.
Los avances de este proyecto se comparten por internet y se acompañan de
artículos de divulgación.
“Dedicamos dos años a diseñar
esta campaña, que ha observado Próxima Centauri desde enero hasta marzo de este
año con telescopios de cuatro observatorios. Aunque la señal era prometedora
desde el principio, revisamos su consistencia cada noche: es verdaderamente
emocionante saber que hay un planeta parecido a la Tierra en torno a la
estrella más cercana a nosotros”, destaca Guillem Anglada, investigador español
que encabeza el estudio desde la Universidad Queen Mary de Londres.
Durante el primer semestre de
2016, Próxima Centauri ha sido observada regularmente con el espectrógrafo
HARPS del telescopio de 3,6 metros que tiene el Observatorio Europeo Austral
(ESO) en La Silla (Chile), y monitorizada simultáneamente con otros telescopios
de todo el mundo. Los datos se han comparado con los que registró el
instrumento UVES, también de ESO, en años anteriores.
Detección por espectroscopía
Doppler
Usando una técnica de búsqueda de
exoplanetas conocida como espectroscopía Doppler o de velocidad radial, los
investigadores detectaron el ligero tirón gravitatorio que el planeta ejercía
sobre su estrella. Este la obliga a dibujar una pequeña órbita y se traduce en
oscilaciones en su luz, que los científicos pueden medir.
Movimiento de Próxima Centauri en
2016 que revela la presencia de un planeta. / ESO/G. Anglada-Escudé
|
“A finales de marzo estaba claro
que la señal Doppler era la que predijimos, pero esto viene de cuatro años
atrás, cuando mi colega Mikko Tuomi y yo juntamos datos de HARPS con los del
sondeo UVES y, entre otras estrellas, ahí estaba Próxima con señales muy
significativas, aunque al principio confusas, del exoplaneta”, comenta a Sinc
Anglada, satisfecho de haberlas podido confirmar después: “Lo más reseñable ha
sido el montón de horas y entusiasmo que ha dedicado todo el equipo”.
Los movimientos detectados,
además, son de muy poca amplitud: “Hemos observado que Próxima Centauri se
aleja y acerca de nosotros a una velocidad de 5 km/h, similar a la velocidad a
la que caminamos, con un patrón regular que se repite cada 11,2 días”, explica
Pedro J. Amado, investigador del Instituto de Astrofísica de Andalucía
(IAA-CSIC) y coautor del trabajo.
El equipo también tuvo que
comprobar que lo observado no fuera la actividad repentina característica de
las enanas rojas, una estrellas activas que pueden variar generando efectos
parecidos a los que supone la presencia de un planeta. Para excluir esta
posibilidad, se monitorizó de forma cuidadosa la luminosidad cambiante de la
estrella usando el telescopio ASH2 (operado por el IAA) en el Observatorio de
Exploraciones Celestes de San Pedro de Atacama (SPACEOBS, Chile) y otros en el Observatorio
Las Cumbres.
De esta forma, se excluyeron del
análisis final los datos de velocidad radial tomados cuando la estrella se
dilataba. Los resultados de los minúsculos cambios en el efecto Doppler
indicaron que la masa del nuevo exoplaneta es al menos 1,3 veces mayor que la
de la Tierra, y que orbita a unos 7 millones de kilómetros de Próxima Centauri.
Esto representa sólo el 5% de la
distancia entre el Sol y la Tierra. Aunque Próxima b orbita mucho más cerca de
su estrella que Mercurio de la nuestra, Proxima Centauri también es mucho más
débil que el Sol. Como resultado, este exoplaneta se encuentra dentro de la
zona habitable y tiene una temperatura superficial estimada que permitiría la
presencia de agua líquida.
Comparación de la órbita de Próxima b con la misma región del sistema solar. / ESO/M. Kornmesser/G. Coleman |
A pesar de esto, algunos expertos
consideran que las condiciones en su superficie se podrían ver muy afectadas
por las llamaradas de rayos X y de radiación ultravioleta que emite su
estrella, mucho más intensas que las que experimenta la Tierra respecto al Sol.
La posibilidad de que exista vida en los planetas en torno a las estrellas
enanas rojas actualmente es objeto de debate entre la comunidad científica.
Las observaciones directas de sus
atmósferas puede aclarar el misterio. Una de los objetivos prioritarios es
confirmar que Proxima b transite delante de su estrella por un lugar favorable
para estas observaciones, que también permitirían conocer el radio del
exoplaneta, su tamaño (las velocidades radiales sólo informan de la masa
mínima) y, por tanto, su densidad. Los científicos necesitan estar seguros de
que es un planeta rocoso para confirmar que en su superficie pueda existir
agua.
Un blanco perfecto para buscar
vida
“En cualquier caso, Próxima b
constituye el candidato idóneo para estudiar las características de los
planetas en torno a enanas rojas y, por extensión, para la búsqueda de trazas
que puedan indicar la existencia de vida”, apunta Amado.
Este exoplaneta se convierte así
en un blanco perfecto y cercano para encontrar evidencias de vida en otros
lugares del universo. De hecho, el sistema Alfa Centauri (al que muchos
astrofísicos consideran que pertenece Próxima) es también el objetivo del
primer intento de la humanidad de viajar a otro sistema solar: el proyecto
StarShot apadrinado por Stephen Hawking, que plantea el envío allí de una flota
de naves minúsculas en busca de mundos potencialmente habitables.
“En el marco de este proyecto,
Próxima b constituye el único planeta que se podría visitar en el plazo de una
generación”, concluye Amado, que también coordina el proyecto CARMENES para la
búsqueda de planetas de tipo terrestre desde el Observatorio de Calar Alto, en
Almería.
VÍDEO:
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Excelente Articulo...
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