En 1976 la fotografía satelital
número C-S11-32W071-03 de la NASA mostró algo muy extraño en medio de la densa
selva en el sureste del Perú: Pirámides uniformemente espaciadas como objetos
alineados en filas aparentemente ordenadas.
Las Pirámides de Pantiacolla
también conocidas como Pirámides de Paratoari, son un conjunto de 12 montículos,
supuestamente, de origen natural de aproximadamente 150 metros de altura,
situadas en el margen izquierdo del Río Madre de Dios.
Son montículos extrañamente
simétricos, situados entre la quebrada Inchipato y el Río Paolotoa Chico
(también denominado Río Negro), afluentes del Río Madre de Dios en el
departamento peruano del Madre de Dios.
Fueron identificadas inicialmente por Rolando Zlatan Stambuk miembro del grupo de investigación INIARA al verlas en unas imágenes tomadas por el satélite de la NASA C-S11-32W071-03 en 1976. En seguida la comunidad de investigadores de antiguas culturas pensó en pirámides construidas por antiguos pueblos e inclusive se ha pensado en construcciones hechas por humanos descendientes de la Atlántida.
Mientras que renombrados
arqueólogos han rehusado tomar en consideración las pirámides y su origen
artificial, otros investigadores sugieren que el espacio de forma simétrica
entre ellos y la forma uniforme de las estructuras apuntan al hecho de que no
se trata de formaciones de piedra arenisca natural, como algunos han sugerido.
Las misteriosas estructuras piramidales se identificaron por primera vez a través de la fotografía satelital número C-S11-32W071-03 de la NASA, publicado en 1976. |
El mismo debate se puede ver en
las pirámides "recientemente" descubierto en Bosnia. Aunque numerosos
investigadores sugieren que las estructuras en Visoko son meras formaciones
naturales, otros investigadores apuntan al hecho de que las estructuras de
Bosnia son de origen artificial, al igual que las Pirámides de Pantiacolla.
Tenemos que recordar que aún hoy, en el siglo XXI, hay lugares en la Tierra aún inexploradas y la selva amazónica es una de las regiones más inexploradas de todos ellos.
Las pirámides de Pantiacolla son
estructuras simétricamente dispuestas que no podrían ser formaciones naturales,
sino el producto de la mano del hombre.
El primer hombre no indígena que
se acercó a las pirámides fue el explorador japonés Sekino, pero no pudo llegar
a esas formaciones. En agosto 1996 el explorador estadounidense Gregory
Deyermenjian fue el primer occidental en llegar a las pirámides en un viaje con
Paulino Mamani, Dante Núñez del Prado, Fernando Neuenschwander, Ignacio Mamani,
el Machiguenga "Roberto" su esposa "Grenci" y la niña "Reina".
Gregory Deyermenjian describió las pirámides como formaciones de arena dura
naturales.
El misterio y la duda de las pirámides de Pantiacolla continúa, y tal vez algún día vamos a saber con certeza lo que estas misteriosas estructuras realmente son.
El misterio y la duda de las pirámides de Pantiacolla continúa, y tal vez algún día vamos a saber con certeza lo que estas misteriosas estructuras realmente son.
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