Un estudio reveló como y donde
los antiguos mayas conseguían uno de los ingredientes básicos para elaborar
este pigmento.
Dean Arnold, profesor de
Antropología del Wheaton College y conservador del Museo Field de Chicago, ha
descubierto las fuentes del mineral usado por los mayas para la elaboración del
«azul maya», el intenso tono azul que iluminaba sus murales, ofrendas y
cerámicas.
Arnold descubrió en 2010 la
técnica usada por los mayas para lograr el famoso azul, formado por índigo y
paligorsquita, un tipo de arcilla, pero su origen continuó siendo un misterio.
Hasta ahora. Arnold ha demostrado que la paligorsquita proviene de minas
situadas en dos lugares del norte de la península mexicana de Yucatán: Ticul y
Salacuim, que los modernos mayas siguen utilizando hoy día.
Fácil de conseguir
Entre 1965 y 1997, Arnold y Bruce
E. Bohor, del Estudio Geológico de Estados Unidos, recogieron 33 muestras del
mineral en Yucatán, y en 2008 recogieron 167 muestras más de cinco lugares
diferentes de Yucatán. Estas muestras fueron comparadas con los pigmentos de
azul maya encontrados en cerámicas procedentes de Chichén Itzá y Palenque.
Los resultados revelaron que la
paligorsquita que contenía el azul de las cerámicas de Chichen Itzá provenía de
Salacuim, y la de Palenque, casi con seguridad, de Ticul. Según los autores,
estas dos minas habrían sido los principales centros de extracción de
paligorsquita para los antiguos mayas, quienes, limitados por su tecnología,
las explotaron, sobre todo, por su fácil acceso.
El dato
Para los mayas, el color azul se
vinculaba al sacrificio: las víctimas eran pintadas totalmente de este color.
Como vemos en la imagen de portada, un grupo de prisioneros es torturado ante
un jefe maya en este mural de Bbonampak, México.
Fuente:
www.nationalgeographic.com.es
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